lunes, 29 de septiembre de 2025

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¿Es la inteligencia artificial un aliado o un enemigo para las bibliotecas?

 

INTRODUCCIÓN 

Las bibliotecas siempre han sido mucho más útiles de lo que se piensa y no solo un espacio lleno de libros. Son espacios de encuentro, de estudio y de aprendizaje colectivo. Pero, el mundo cada vez está mas digitalizado. Hoy, los usuarios esperan encontrar información inmediata, personalizada y accesible desde cualquier lugar. Es por ello que, la inteligencia artificial (IA) aparece como una herramienta capaz de transformar radicalmente la experiencia bibliotecaria.

El artículo The Roles of Artificial Intelligence in Library Automation: The Prospects and Challenges, escrito por Emmanuel D. Hanson y Okorie Unwana U. (2024), se centra justamente en este tema. Los autores analizan cómo la IA ya se está aplicando en tareas clave de la automatización de bibliotecas como en la catalogación, los chatbots o la preservación digital y cuáles son las posibilidades de futuro que abre. Además, ponen sobre la mesa las preocupaciones que acompañan su implementación. Este texto, por lo tanto, sería una invitación a reflexionar sobre cómo equilibrar la tecnología en un espacio tan poco digitalizado como la biblioteca.


RESUMEN DEL ARTÍCULO 

El trabajo de Hanson y Okorie (2024) posee una idea clara, y es que, la inteligencia artificial está transformando las bibliotecas, y no se trata de algo pasajero. Definen la IA como el conjunto de tecnologías que permiten a las máquinas imitar funciones humanas, como reconocer patrones, aprender de la experiencia y tomar decisiones. A partir de ahí, describen los principales roles de la IA en la automatización bibliotecaria.

Entre ellos destacan:

-La catalogación y la clasificación automática mediante algoritmos de procesamiento de lenguaje natural, que agilizan procesos y mejoran la consistencia de los registros.

-Sistemas de búsqueda más inteligentes, capaces de interpretar consultas complejas y ofrecer resultados relevantes incluso si la pregunta no está bien formulada.

-Asistentes virtuales y chatbots, que atienden a los usuarios de forma inmediata y liberan al personal para tareas más complejas.

-Análisis de datos de uso, lo que permite ajustar colecciones y servicios en función de las necesidades reales de la comunidad.

-Digitalización y preservación, gracias a tecnologías como OCR que convierten documentos en formatos accesibles y duraderos.

-Accesibilidad, con herramientas de lectura automática, traducción y generación de formatos alternativos para usuarios con necesidades diversas.

-Seguridad y detección de fraude, incluyendo la lucha contra el plagio o el uso indebido de recursos.

-Personalización de contenidos, ofreciendo recomendaciones y colecciones adaptadas a cada usuario.

En cuanto a las perspectivas, los autores resaltan el potencial de la IA en la gestión de metadatos, la creación de plataformas de investigación colaborativa y la optimización de los sistemas de gestión de bibliotecas.

Sin embargo, también señalan retos significativos como el riesgo de violar la privacidad de los usuarios, la posibilidad de sesgos en los algoritmos, la resistencia de algunos sectores a aceptar estos cambios y la necesidad de capacitar a los bibliotecarios en competencias digitales.

El artículo concluye con que la IA ofrece un futuro prometedor, pero que debe aplicarse con cuidado, transparencia y un marco ético sólido.


ANÁLISIS PERSONAL

Personalmente, el texto de Hanson y Okorie me parece muy acertado porque refleja la tensión que existe entre la innovación tecnológica y la misión más social de las bibliotecas. Por un lado, está claro que la IA puede mejorar la eficiencia con un catálogo automatizado que ahorra tiempo, un chatbot que resuelve dudas básicas en segundos y los sistemas de recomendación que facilitan que el usuario descubra los recursos más significativos. En ese sentido, la IA puede ser una aliada muy poderosa para que las bibliotecas sigan siendo útiles y atractivas en la era digital.

Pero, por otro lado, también creo que hay que tener cuidado con algunos riesgos que se pueden llevar a cabo. Por ejemplo, los algoritmos no son neutrales. Es decir que si los datos de entrenamiento son erróneos, los resultados también lo serán. Eso puede afectar a la diversidad cultural y lingüística de los catálogos, haciendo desaparecer ciertos autores o temáticas. Lo mismo ocurre con los sistemas de recomendación, que si no se diseñan bien, pueden acabar mostrándoles siempre lo mismo a los usuarios y limitando la exploración.

Otro punto que me parece muy clave es la formación del personal bibliotecario. Muchas veces se piensa que la tecnología reemplazará a los profesionales, pero yo lo veo al revés. La IA debería liberar tiempo para que los bibliotecarios puedan centrarse en tareas que requieren sensibilidad humana, como la mediación cultural, la alfabetización informacional o la promoción de la lectura crítica. Para eso, es fundamental invertir en el desarrollo de nuevas competencias.

Por otro lado, comparto la preocupación por la privacidad. La biblioteca ha sido simepre un lugar de confianza, donde la gente podía consultar cualquier tema sin sentirse vigilada. Si la IA empieza a recopilar y analizar datos, esa confianza puede romperse. Por eso, creo que la implementación de estas tecnologías debe estar guiada por principios claros de ética y por la participación de los usuarios.

En conclusión, la IA no debería entenderse como un fin en sí mismo, sino como un medio para reforzar la misión social de la biblioteca.


CONCLUSIONES


La incorporación de la inteligencia artificial en la automatización de bibliotecas abre un mundo lleno de posibilidades, pero también de preguntas. Por un lado, facilita procesos, mejora la accesibilidad y ofrece experiencias personalizadas. Pero, por otro, plantea retos como la privacidad y el papel de los profesionales de la información.

Creo que el futuro de las bibliotecas dependerá de si son capaces de implantar estas tecnologías sin perder su esencia. Es decir, ser espacios de confianza y de acceso libre al conocimiento. La clave está en formar profesionales y en diseñar sistemas tecnológicos centrados en las personas.

Como pregunta para el debate, plantearía que ¿cómo logramos que la IA en las bibliotecas no solo sea eficiente, sino también justa hacia los valores que siempre han definido a estas instalaciones?


REFERENCIA DEL ARTÍCULO APA 7º EDICIÓN 

Hanson, E. D., & Okorie, U. U. (2024). The roles of artificial intelligence in library automation: The prospects and challenges. Erudite Compendiums in Education, April 2024, 13–23. ISBN: 978-978-59921-6-8.


2-3 IMÁGENES

Las fotos a continuación son ambas sacadas de la misma fuente, que vendría siendo Pixabay.




CÓMO SE HA ELABORADO 
 
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